¿Por qué seguir en Facebook? Las respuestas posibles son cada vez menos convincentes.

 

Quizás como mucha gente, pero no tanta como para que sea verdaderamente relevante, he estado preguntándome estos días por qué diablos sigo en Facebook. Veo a Zuckerberg pasmado en los interrogatorios tontolones a que lo han sometido en el Senado gringo, a raíz de que se supiera que los datos de millones de usuarios quedaron a disposición de una empresa para influir en la elección de Trump, y parece que ni siquiera hace falta esforzarse en fabricar memes: las preguntas y las respuestas, pero sobre todo las actitudes, dan idea de lo grotesca que ha llegado a ser la influencia de un solo hombre en la forma que el mundo tiene hoy en día. (El tipo, según una nota de The New York Times, en previsión de estas audiencias contrató a un equipo para que recibir un entrenamiento exprés «en humildad y encanto»).

La trayectoria de este empresario «talentoso» —y ya tendríamos que ir revisando nuestras ideas acerca del  talento, uno de esos gigantescos malentendidos que tienen al mundo podrido— habrá podido ser todo lo meteórica que se quiera, pero, como leí por ahí, el hecho es que lo llevó de crear una página para rankear el atractivo físico de las compañeras en la universidad a contribuir a meter a un fascista en la Casa Blanca. Y nomás de verlo, tan tieso y solo en el fondo de su desmesurada importancia, dan ganas de zafarse de inmediato de la red en que dejamos que nos atrapara.

Leo, en un artículo de The New Yorker, que Zuckerberg ha pasado la mayor parte de su vida adulta disculpándose por lo que hace. Y que verlo ahora reducido (es un decir) nos llena de satisfacción porque podemos cargarle todas las culpas que no queremos reconocer. Porque lo cierto es que estos años nos la hemos pasado encantados en Facebook. ¿Y por qué seguir ahí? Las razones que yo encuentro son básicamente dos: me imagino que es una forma de estar en contacto con quienes tendría alguna dificultad (pero no insuperable) para encontrar en otro lado. Y la otra: medio difundo por ahí cosas que me interesa que se sepan. Pero tampoco es algo que no pueda hacer por otras vías. Y me pregunto: si hubiera una fuga en masa, si todo mundo se largara, ¿cómo se sentiría permanecer ahí?

Como Zuckerberg, quizás.

 

@JI_Carranza

 

Publicado el 12 de abril de 2018. Sección Cultura, Periódico Mural.